La Casa Ronco representa un valioso patrimonio para la comunidad que incluye la casa, sus muebles, la espléndida biblioteca familiar conformada por aproximadamente seis mil volúmenes e importantes colecciones. Entre los tesoros más destacados, cuenta con una colección cervantina y otra hernandiana, ambas reconocidas por su valor cultural y testimonial más allá de nuestro país. El edificio junto con las colecciones que alberga, fueron generosamente legados por María de las Nieves Giménez de Ronco a la Biblioteca Popular de Azul. La edificación está ubicada en la intersección de las calles San Martín Nº 362 y Rivadavia. Fue construida en 1882, respondiendo a la corriente estilística del ecléctico italianizante.
A partir de la realización de la “Exposición Cervantes: de La Mancha… a la Pampa” (2004) y de la designación de Azul, Ciudad Cervantina de la Argentina por el Centro UNESCO Castilla-La Mancha (2007), se ha creado conciencia y puesto en la valor la importancia de este patrimonio y la comunidad se ha re-apropiado del mismo, lo ha difundido y motorizado como una fuente para el desarrollo local. Desde noviembre de 2007 la Casa Ronco está abierta al público y ha recibido visitas de turistas nacionales e internacionales atraídos por la distinción.
Bartolomé J. Ronco
Bartolomé J. Ronco nació en Buenos Aires, se recibió de abogado y se estableció en Azul luego de casarse con la azuleña María de las Nieves Giménez. Fue Presidente de la Biblioteca Popular en 1930 y durante veintidós años, hasta su muerte, siguió renovándose en el cargo por voluntad de todos los asociados. Trabajó con denuedo y en forma constante. Durante este período, la Biblioteca organizó una exposición de Martín Fierro (1931) y una exposición de Cervantes (1932), además fue director de la prestigiosa revista Azul. Otro aspecto que despierta cierta curiosidad, además de ilustrar su generosidad y creatividad, fue la carpintería que instaló en el fondo de su casa, para la creación de juguetes. Estos juguetes en la mayoría de los casos fueron destinados a niños pobres.Son numerosísimas las actividades culturales y comunitarias que el Dr. Ronco desarrolló: sus publicaciones de juventud; sus colaboraciones históricas en los diarios locales, especialmente las destinadas a la toponimia azuleña, el vocabulario gauchesco, sus acciones concretas en pos de la radicación de industrias en Azul y su apoyo irrestricto a la educación del ciudadano a través de la Universidad Popular “José Hernández”.